jueves, 10 de mayo de 2012

Mujeres el el siglo XVII


En el Renacimiento y el Siglo de Oro comenzaron y se multipicaron los discursos sobre las condiciones de la mujer perfecta (Luis Vives y Fray Luis de León -de estirpe hebrea- formulan sus célebres conceptos de la mujer irreprochable y perfecta). Lo más valioso y notable de ellos no estriba en que le exigiesen al ideal femenino tales o cuales virtudes, sino que determinasen un ideal femenino, contrario al masculino. La tendencia a la disciplina de la familia y de las costumbres se predica desde el púlpito, se impone desde el confesionario y se codifica en la legislación.
El modelo femenino de estos siglos, y que perdurará hasta la España Franquista, es el de la “Perfecta Casada”, una de las obras más leida, y considerada como modelo de análisis de la “psicología femenina” (incluso en el siglo XX, de 1936 à 1975 era lectura obligada para las futuras esposas). Fray Luis de León, religioso de la orden de San Agustín, escribe “La Perfecta Casada” comentando el capítulo 16 y último de “Los Preverbios” de Salomón.. Este modelo no es obra original ya que las ideas expuestas vienen del libro de Vives, pero el de Fray Luis es un libro más conocido y difundido.
ESQUEMA DEL PAPEL ASIGNADO POR FRAY LUIS DE LEÓN A LA CASADA
1) La mujer y el buey son los fundamentos económicos de las casas: El buey para que are y la mujer para que guarde.
2) La gestión empresarial y la solución de los conflictos intrafamiliares en la casa corresponden a la casada.
3) La división del trabajo entre los sexos ha sido dispuesta por el Espíritu Santo, la naturaleza y la razón.
4) La funcionalidad productiva y reproductiva de la mujer es la causa de su creación por Dios.
5) El estado de casada equivale a un oficio, la casada tiene obligación moral grave de dedicarse a él y no puede delegarlo.
6) La restricción del consumo personal obliga moralmente, especialmente en el vestido, la alimentación y descanso, a la casada.
7) Negación del esfuerzo económico de la mujer. Su trabajo debe hacerse sin parecer que se hace.
8) Legitimidad de la participación formal de la casada en la propiedad de los productos de su trabajo, pero no para disposición del capital familiar.
9) Obligatoriedad moral de la ampliación del capital familiar.



Para ilustrar y completar la imagen de la mujer en el siglo de oro y al mismo tiempo comprender la ideología masculina imperante en los años 1939-1970, citaremos algunas frases del curioso estudio de Deleito, español de su época (el libro fue escrito y publicado en los años 60).
“Estudio los casos de damas sabias o poetisas. Me detengo en los excesos de lujo y la ostentación, y especialmente en los coches, entonces generalizados; ciega pasión femenina, y corruptores de no pocas virtudes” (…) “La mujer en el siglo XVII tenía un halo de supervivencia caballeresca y sublimación en la mente de los vates, a la vez que conservaba algo de atavismo moruno, manteniendo su reclusión, dando carácter de clandestinidad a las más de sus relaciones con el sexo fuerte, y estimulando su frívola y caprichosa superficialida. nos dice José DELEITO PIÑUELA.
“La mujer era a la vez ídolo encantado y esclava doméstica. Pero si la amada pasaba a la condición de esposa perdía todo su encanto, y ningún ascendiente poseía en el hogar, siendo en él como un menor eterno bajo la férula inapelable del marido, que buscaba fuera de casa otras distracciones”. (…) “Mantenida en un aislamiento absoluto, era de ordinario una perfecta ignorante. Por lo común, no comía en la misma mesa que su marido. … Pasaba su tiempo en medios donde sólo asuntos debotos o nimias bagatelas formaban la trama de la conversación… Las doncellas y damas honestas solían vivir bajo la custodia de severos guardianes domésticos, esposos, padres o hermanos.… La moruna suspicacia de que las mujeres eran objeto, las apartó de todo influjo en la vida social”. (…) “La mujer es enclaustrada en el hogar, apartada de toda vida social e instrucción, relegada a un estatuto de menor”, nos dicen las citas de los estudiosos extranjeros en el libro escrito por el español Deleito .
En resumen, a través de las citas de los estudiosos extranjeros comprendemos la situación de opresión de la mujer y sus consecuencias, a través de las propias citas de Deleito conoceremos sus supuestos vicios y “su frívola y caprichosa superficialidad”.
Gracias a los registros parroquiales es bien conocido el destino de la mujer (soltera, esposa, madre). En el siglo XVII se incrementa por dos el papel procreador de la mujer con una media de nacimientos todos los dos años (la mujer de la prehistoria procreaba todos los 4 o 5 años). Así pues, dado que el periodo de lactancia duraba entre uno y dos años, se destina a la mujer a la carrera de madre.
En el siglo XVI las violaciones eran numerosas y estaban secundadas por el estilo brutal y violento de la época. Los violadores solían quedar librados con el pago de una multa que se añadía a la dote de la mujer. En el siglo XVII, “Una sospecha les basta (a los hombres) para herir de muerte a una esposa o una manceba”. Sin embargo, viajeros y constumbristas nos hablan del habitual adulterio en los maridos, que guardan a la mujer en el hogar.
En una estadística del Madrid del siglo XVII se señalan los malos tratos de los hombres sobre las mujeres y de las mujeres sobre los hombres, bien que se trate de un número limitado de casos, ésta revela que los maridos maltratan a sus mujeres 10 veces más que en el caso contrario.

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